Nuestro segundo día en la sierra fue fantástico, subimos en bicis sin ruedas que se deslizaban por la nieve como esquís y nos tiramos por un tobogán natural sentados en unos roscos de goma gigantes. Paramos para comer y seguimos con el trineo ruso, una montaña de raíles por la que descendimos a gran velocidad subidos en un trineo que había que frenar en las curvas. Terminamos prontito y decidimos darle un giro cultural al viaje. Nos fuimos a Granada y pasamos allí la tarde, paseamos por el centro de la ciudad, visitamos la catedral y avanzamos por el Paseo de los Tristes para poder ver la Alhambra. Fue un día agotador y los pies de muchos se resintieron, pero todos siguen en forma y con ganas de esquiar mañana. Nos tocará madrugón otra vez.
Salimos bien tempranito, aunque alguno se nos quedó dormido. Llegamos con tiempo de sobra, recogimos a los monitores y subimos hacia Pradollano. El primer contacto con la nieve fue divertidísimo, nos tiramos en trineo entre risas y caídas y hicimos una guerrita de bolas de nieve. No había quien parara a nuestra tropa adolescente, pero después de un ratito todos querían ir al hotel a descansar, pero sólo eran las 11:30, así que nos fuimos al CARD (Centro de Alto Rendimiento Deportivo) y visitamos las instalaciones. Paramos para llenar el estómago y bajamos el bocadillo dando un paseo con raquetas de nieve. Por fin, a las 18:00 llegamos al hotel. Ducha, cena y velada. Todos agotados, pero felices.